sábado, 3 de noviembre de 2012

Otra realidad

Hubo un día en que creí haberlo entendido. Creía que esto iba sobre el pasar página, sobre el entender que el verano acabó, y además hace ya mucho tiempo. Creía que iba sobre aceptar que no podría ser de otra manera; que la vida es cíclica, que sólo es un verano más y que quedan cientos de veranos por vivir, seguramente mucho mejores que éste.

¡Ay del desánimo! Que no puede conmigo ...

Sí, creía que esto iba sobre pensar en los días despejados y en las noches estrelladas, aún más claras, y sonreír al hacerlo. Creía que iba sobre estremecerte al recordar esa brisa que te rozaba la cara, que jugaba con tu pelo, que te erizaba la piel, y borrar de la memoria, al tiempo, el frío que la misma te transmitía cuando empezaba a anochecer. Creía que esto iba sobre aprender a oler las flores.

¡Ay del destino! Que no juegue conmigo ...

Y no, no he dejado de creerlo. Sigo pensando que es muy posible que ese sea su único significado. Y sin embargo, sin saber por qué, últimamente no paro de pensar que puede que todo sea mucho más sencillo e, irónicamente, obvio que todo eso. Puede que sea simplemente otra realidad. Quizás, la que no podía ser. A lo mejor, la que está, de hecho, siendo, en algún otro lugar. Realidad, al fin y al cabo.

Hay un brillo mágico que alumbra mi camino ...

Es la realidad del final feliz. La realidad en la que el verano nunca termina; en la que el verano crece y se hace fuerte; en la que le copia el disfraz al otoño pero se lo ata bien fuerte para que no se le caiga, como a él; en la que aprende, de la primavera, a florecer, pero a evitar las tormentas también; en la que se enfría como el invierno, pero se pinta de blanco a su vez ...

Y el fuego del infierno ya es solo humo ...

Y hoy me siento bien al pensar que, quizás, en algún otro planeta,
en otra galaxia, en otro universo, existe un lugar en el que
se dan las condiciones necesarias para que el verano dure eternamente.



"Extremoduro - Coda Flamenca : Otra realidad"


"Agarrados del aire viviremos; no me importa adónde vamos.
Apriétame bien la mano que un lucero se me escapa entre los dedos.

Y el fuego del infierno ya es sólo humo."

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